En los procesos de acogida se viven momentos difíciles, que no siempre cuentan con el acompañamiento y apoyo que las familias acogedoras requerirían. Comprender las conductas de muchos de estos chicos y chicas y acceder a algunas de las emociones que esconden sus comportamientos: preocupación, tristeza, rabia, miedo, etc, es una tarea complicada para realizar en soledad. Por ello, compartirlas con otras familias en situaciones similares, ayuda a leer más allá de los actos de los chicos y chicas y buscar respuestas reparadoras que ofrecerles.

Esa es precisamente una de las claves que se han trabajado en los 4 encuentros de familias de acogida organizados por la asociación AFAAR – Asociación de Familias Adoptantes y de Acogimiento de La Rioja, en los meses de abril y mayo, dirigidos Alberto Rodríguez, psicólogo del equipo ADOPTIA. Han participado 15 personas, valorando el taller como un espacio en el que “han compartido preocupaciones, se ha intercambiado experiencias y se fortalecido la creación de una red de apoyo entre las propias familias”

Las familias acogedoras comparten no sólo experiencias comunes, sino también algunos principios y posicionamientos vitales, como el compromiso y la responsabilidad que exige el acogimiento. Tiene que ver por un lado con la cobertura de las necesidades de los chicos y chicas, pero también con la transmisión de estas a la administración pública y el planteamiento de alternativas para acercar a las familias biológicas.

El acogimiento depende de todos sus protagonistas, institución, profesionales, familias de acogida y biológicas, y entre todos se comparte el encargo de aportar a los y las menores un contexto protector y reparador.